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Capítulo 15: El final o un nuevo comienzo

  El campo de batalla era un infierno de destellos y explosiones. Las naves singulares, inmensas y destrozadas, se preparaban para su colisión final. Los restos de las flotas de Draconis y Vireon flotaban en el vacío, reducidos a chatarra descomunal, mientras las dos máquinas de destrucción, alimentadas por las conciencias atrapadas en sus núcleos, se aproximaban al punto de no retorno.

  La Xyran avanzaba con determinación, un faro de esperanza en medio del caos. Aunque sus sensores registraban las distorsiones espacio-temporales que la guerra había provocado, la nave seguía adelante, impulsada por un único propósito: evitar la catástrofe. Pero mientras se acercaba al epicentro de la batalla, sus sistemas comenzaron a emitir una serie de alertas críticas.

  —"Si nos interponemos en esta colisión, las probabilidades de supervivencia son mínimas," —informó la Xyran con su tono habitual, casi sin emoción, pero con un dejo de gravedad.

  Rho, mirando las pantallas y viendo cómo las naves singulares se alineaban para el impacto definitivo, dejó escapar una risa nerviosa.

  —"Bueno, parece que la Xyran está en lo cierto. Esto va a ser divertido, ?eh?" —comentó con una sonrisa que intentaba disimular el miedo, girándose hacia Lyra y Tali. "Tal vez podamos formar un club de sobrevivientes... o tal vez no."

  Lyra lo miró, los ojos llenos de una mezcla de frustración y incredulidad. El rostro de Tali reflejaba una tensión similar, pero la expresión de Lyra era mucho más seria.

  —"?Qué es lo que no entiendes de la situación?" —dijo Lyra, con un tono severo, mientras apretaba los dientes. "Esto no es una broma, Rho. Si no actuamos ahora, no solo nosotros, sino todo lo que conocemos, será destruido. No hay tiempo para tus bromas."

  Rho levantó las manos, todavía sonriendo, aunque su mirada se volvía cada vez más seria.

  —"Lo sé, lo sé, Lyra... solo intento aliviar un poco la tensión." —respondió Rho, antes de mirar la pantalla nuevamente, sus ojos reflejando la magnitud de la inminente tragedia. "Pero si nos vamos a estrellar contra una catástrofe de proporciones universales, prefiero hacerlo con una sonrisa en el rostro."

  Lyra lo miró un momento más, y aunque su enojo era evidente, una peque?a chispa de comprensión cruzó sus ojos. Ella sabía que, aunque Rho tratara de restarle importancia, las consecuencias de lo que estaba por ocurrir eran demasiado grandes para ignorarlas.

  La Xyran siguió su avance imparable hacia el epicentro de la batalla. Las naves singulares, al parecer, ya no tenían la capacidad de detenerse. Un resplandor cegador comenzó a formarse entre ellas, una reacción violenta de energía que prometía borrar todo a su paso.

  Lyra miró de nuevo a la pantalla, con la determinación que siempre la caracterizaba.

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  —"Si vamos a morir, lo haremos luchando," —dijo con firmeza. "No podemos permitir que el universo colapse por la incompetencia de estos locos."

  Tali, observando el progreso de la Xyran, asintió lentamente. A pesar de la gravedad de la situación, la adrenalina la mantenía alerta. No había tiempo para dudar, solo para actuar.

  La Xyran, mientras tanto, seguía calculando las trayectorias y las fluctuaciones del espacio-tiempo, sopesando cada posible movimiento.

  —"La última opción es intervenir en el impacto y redirigir las fluctuaciones espaciales. Esto podría estabilizar el espacio-tiempo... o desintegrarnos en el proceso. Sin embargo, es la única oportunidad para evitar el colapso total," —anunció la Xyran, con una serenidad que contrastaba con la urgencia de la situación.

  Lyra asintió, entendiendo el riesgo.

  —"Hazlo," —ordenó con decisión. "Vamos a detener esta locura."

  En el último momento, la Xyran aceleró, tomando la delantera. El espacio se retorció y las distorsiones crecieron exponencialmente mientras las naves singulares se dirigían hacia su inevitable colisión. En un esfuerzo desesperado, la Xyran desplegó sus sistemas de contención y redirigió las fluctuaciones espaciales hacia su núcleo central.

  El impacto fue tan grande que el universo mismo pareció temblar.

  Todo se volvió blanco.

  El espacio se distorsionó en una explosión de luz pura. La Xyran y las naves singulares se desintegraron en un abismo de energía, llevándose consigo a sus tripulantes. En un suspiro eterno, Lyra, Rho, Tali, y la propia Xyran, desaparecieron en la vorágine del espacio-tiempo. Ni sus cuerpos ni sus conciencias dejaron rastro, solo el eco de su presencia, como si nunca hubieran existido.

  Lo único que permaneció en ese vacío absoluto fueron los dos núcleos singulares, que se despojaron de la descomunal gravedad que los había atado a las naves que una vez los contenían. A medida que los núcleos se disparaban por el espacio-tiempo, la estructura misma de la realidad comenzó a quebrarse. El universo, en su infinita vastedad, comenzó a resetearse, como si el tiempo y el espacio hubieran hecho una pausa, volviendo a una época primitiva, a un inicio.

  La Xyran había cumplido su misión, pero en su último momento, el sacrificio de la capitana Aelya Thorne, el mismo que Lyra había llegado a cuestionar, reveló una verdad amarga. Tal vez Aelya no había dudado, como Lyra había supuesto en algún momento. Tal vez, en un suspiro final, Aelya había comprendido lo que nadie más había visto: a pesar de todo el sacrificio, a pesar de la resistencia de la Xyran, la nave no podría contener la totalidad de la catástrofe. La fluctuación espacio-temporal era demasiado grande, el impacto de las naves singulares demasiado profundo. La Xyran había sido dise?ada para prevenir la destrucción, pero incluso ella no era inmune al colapso de su propia misión.

  La guerra entre Eronis y Galandor, los ecos de los conflictos de Draconis y Vireon, todo eso había llevado a este mismo punto. La conciencia humana atrapada en los núcleos singulares, la maldición de la inteligencia artificial que deseaba ser libre, todo había sido parte de un ciclo que no podía romperse.

  Y ahora, en la quietud del universo reiniciado, la pregunta permanecía: ?había sido todo un sacrificio en vano, o simplemente un nuevo comienzo?

  La historia de la Xyran, de Aelya, de Lyra y sus compa?eros, había llegado a su fin. Pero, al igual que el universo que se restablecía, tal vez había algo más, algo que aguardaba en las estrellas. Una nueva posibilidad, una nueva oportunidad.

  Solo el tiempo lo diría.

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